domingo, 10 de mayo de 2020

MAMÁ Y SU IMPORTANCIA EN EL DESARROLLO

Escrito por: Francisco José Leyva Álvarez

En el desarrollo del ser humano, las figuras parentales son de vital importancia en el desarrollo, no solo desde el punto de vista psicológico, sino físico y relacional también. Los seres humanos nos vamos construyendo como personas a partir de la relación con otros y es en los primeros años de vida donde esta construcción va gestando sus cimientos por lo guardado en la memoria episódica.

Por la evolución natural, el nacimiento de un ser humano se tuvo que adelantar, por eso a diferencia de otros mamíferos u otros animales que a los pocos días de nacido ya son aptos para poder moverse e incluso buscar su propio alimento, nosotros nacemos de forma "prematura", es decir al nacer somos incapaces de valernos por nosotros mismos, por lo que es necesario el cuidado y protección de alguien para poder sobrevivir. 


A nivel sensorial también nacemos con inmadurez, de bebés percibimos solo objetos que están 30 cm de nuestro rostro por tal es muy limitada nuestra capacidad de ver, no existe más que el registro de sonidos, sensaciones y un olfato y gusto poco desarrollado aún, por lo que el primer "impacto" de estímulos después del dolor de nacimiento es mamá. Mamá nos impacta con su aroma, su contacto el sabor de su leche y está a 30 cm o menos del rostro del bebé, es decir, mamá se vuelve el primer objeto en el mundo para ese niño.

Para el bebé no hay diferencia entre él y su madre, es decir, mamá se vuelve una extensión del hijo y es la pauta para la satisfacción de sus necesidades y sentir la protección y el resguardo para vivir en el nuevo ambiente que es el exterior del útero; esto es lo que llamamos apego en psicología. Este apego es el vínculo afectivo y la forma en que el bebé y la mamá se conectarán en su relación.

Como mencioné antes, la función del apego es brindar la protección y el resguardo que necesitamos para poder sobrevivir mientras alcanzamos el desarrollo fisiológico y psicológico que nos permitirá adaptarnos al mundo.



Pero no olvidemos que aunque para el bebé la madre es un objeto, esta mujer que es un ser humano, también viene con un "paquete" emocional, relacional y de vínculos que le hacen necesitar cosas y buscar satisfacer las necesidades y este bagaje lo pone también en el vínculo y la forma del apego que establecerá con su hijo. En otras palabras, la representación del mundo, la forma de expresar emociones, la idea de relación con el mundo, el afrontamiento del estrés y la angustia, la manera en que maneja el lenguaje que ha construido mamá, serán el primer registro en la memoria del bebé para ajustarse al mundo.

John Bowlby desarrolló la teoría del apego en donde describe las diferentes formas en el puede presentarse éste y cómo puede llegar a impactar el desarrollo del niño. La teoría de la psicopatología del desarrollo y otros estudios lineales, se han encargado de investigar cómo estas formas de desarrollo puede contribuir en la presencia de trastornos en la etapa adulta.

Las formas de apego que se han identificado son:

Apego seguro: en este la mamá expresa su afectividad con congruencia en sus actos, atendiendo las necesidades del niño sin caer en la sobreprotección, lo que permite que el bebé confíe y se sienta seguro de su cuidado, permitiéndole la seguridad para explorar y regularse emocionalmente. Este tipo de apego es el que brinda habilidades de resiliencia y construye una imagen de confianza hacia sí y havia otros.

Apego ambivalente: este es generado por mamás que viven entre la sobreprotección y el abandono, pueden mostrarse afectivas y de repente distantes; esto genera en el bebé una angustia de separación e incertidumbre en la satisfacción y el cuidado llevándolo a ser temerosos e inseguros, dependientes y angustiados.

Apego evitativo: las mamás que desarrollan este tipo de apego son totalmente distantes, en algunos casos por psicopatologías como depresión, esquizofrenia, adicciones y en otros por situaciones de tensiones sociales o familiares; esto gesta en el niño el desinterés o apatía hacia sus cuidadores, llevándolo más adelante a mostrarse solitarios, hostiles hacia los otros, pueden presentar conductas disociales y agresividad, ya que pareciera que "tuvieron que aprender a defenderse solos".

Apego desorganizado: este puede observarse en madres hostiles, irritables en donde ella se vuelve en lugar de una figura que represente cuidado y afecto en una amenazante; o en algunos casos es la mamá temerosa que puede desesperarse por situaciones externas y en lugar de generar protección y resguardo es ella la que lo necesita. En el apego desorganizado el niño va construyendo una idea de sí escindido, fragmentado llegando a contribuir en el desarrollo de patologías como el trastorno límite de personalidad o trastornos disociativos.



A manera de conclusión puedo decir, que el papel de la mamá es tan trascendental en el desarrollo de un hijo o hija que ella también debe cuidar su salud no solo física sino emocional, ya que constituye el primer referente que tenemos como seres existentes y por ende influye en la forma en que me relacionaré con el mundo; esto se puede leer a lo mejor simple, sin embargo mi ser existente en relación con el mundo impacta mi forma de socializar, de confiar en mi y en otros, amar y ser amado, la construcción de la felicidad, salud mental y física y más áreas de la vida.

Referencias:

Bowlby, J. (2014). Vínculos afectivos. Ediciones Morata, SL.
Kernberg, P. F., Weiner, A. S., & Bardenstein, K. K. (2002). Trastornos de personalidad en niños y adolescentes. Manual Moderno
Ezpeleta, L., & Trallero, J. T. (2014). Psicopatología del desarrollo. Ediciones Pirámide.

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