Escrito por: Francisco José Leyva Álvarez
El
lograr ingresar a un nivel académico superior o profesional en la etapa de la
juventud, es un punto medular en el desarrollo de la identidad como ser humano,
ya que en esta época de crisis el individuo busca crecer intelectual y
personalmente e ir moldeando su identidad. Sin embargo, esto puede llevarlo a
dos conclusiones: conflictos o crecimiento.
En la licenciatura en psicología, se
puede identificar que los estudiantes no siempre tienen en claro el para qué están
cursando esta carrera, en otro sentido, se observa que otros alumnos
sencillamente cursan la licenciatura ya que no lograron ingresar a su primera
opción; y algunos otros, comentan que cursan psicología ya que quieren “ayudar
a las personas y conocer los por qué de
la conducta humana”. Sin embargo se percibe en las evaluaciones psicométricas
previas al ingreso, conflictos y problemas en la relación con la familia y a nivel
personal.
Sin
embargo pese a la responsabilidad que conlleva la profesión de psicólogo, al
ser invitados los alumnos a iniciar
un proceso psicoterapéutico, manifiestan inconformidad o desinterés, por lo que
en algunas instituciones se ha recurrido a la obligatoriedad de dicho proceso.
Sin embargo, cabe mencionar que la mayoría de jóvenes entre los 18 y 30 años como menciona Levinson (1999.) entienden esta etapa como de aprendizaje, los hombres y
mujeres buscan independizarse del hogar emocional y económicamente y por tal
existen dos aspectos importantes para el desarrollo funcional del ser humano,
el “sueño” y el “consejero”. El primero se traduce en los hombres por lo general, para el mismo autor, en la
culminación de la carrera, y en las mujeres oscila entre logros personales y
las relaciones con los demás, es decir, tiende a definirse en función de los otros.
El
papel del “consejero” en estos años está representado por “alguien que ofrece guía e inspiración, brinda sabiduría, apoyo moral y
ayuda práctica tanto en la carrera como en el plano personal”.
Por
lo que es precisamente en los primeros años de carrera que es importante
motivar a los alumnos al desarrollo de su “sueño” por medio de un “consejero”
más allá del maestro en el aula. Sobre todo, la relevancia de intentar acercar
a los estudiantes a la culminación de una meta; ya que como se establece en las
características del mexicano pasivo- obediente afiliativo descrito por Díaz
Guerrero (2002) y que es el tipo de personalidad predominante en la cultura del
sureste mexicano, del cual comenta que son los jóvenes que evitarán riesgos que
pudieran provocarles daño físico o mental; son cuidadosos, cautelosos,
precavidos, poco aventureros y aprensivos; buscan su propia seguridad y están
bastante dedicados a vigilar todo, por lo
que la creatividad, espontaneidad y capacidad crítica se ve limitada, las
cuales son aptitudes que se buscan desarrollar en el ámbito académico para
lograr los objetivos propios.
En
la ciudad de Lima, Perú se han realizado múltiples estudios acerca de las
características de los estudiantes de psicología en colegios particulares y uno
de los estudios mencionados es el realizado por Cassareto en 2003, en el cual
menciona que en una muestra de 123 alumnos en una universidad privada de Lima,
encontraron que los problemas generadores de estrés son aquellos relacionados
con el futuro y la universidad.
Por
su parte Galli (2005) , realizó una
investigación en alumnos que cursan la licenciatura en psicología encontrando
que en éstos alumnos la prevalencia actual del trastorno psicopatológico es de un 60% en comparación del resto de la
población estudiantil, en esta investigación se obtuvo como resultado que los
trastornos de ansiedad y depresivos son los más frecuentes.
En la
Universidad de Guadalajara se realizó en el 2005 un estudio exploratorio sobre
el perfil de los alumnos de nuevo ingreso a la carrera de psicología en el
Centro Universitario de Ciencias de la Salud, en la cual se
aplicó el Inventario Multifásico de la Personalidad de Minesota- 2 (MMPI-2) a
un grupo de 15 participantes del rango de edad entre los 18 y 23 años,
detectando que un alto número de participantes presentaban una elevada
puntuación en los rasgos de
esquizofrenia y paranoia.
Dentro
de la interpretación que da dicha prueba sobre las puntuaciones, menciona en lo
referente a la esquizofrenia que las puntuaciones altas en este rubro
corresponde principalmente a personas
impulsivas, agresivas o ansiosas, que en ocasiones pueden mostrarse
incapaces de expresar sentimientos y refugiarse en sus fantasías y ensoñaciones
contra el estrés, parecen carecer de herramientas para enfrentarse a
situaciones cotidianas. Acerca de la puntuación alta en paranoia, se
caracteriza por presentarse en personas
con delirios de persecución o de grandeza, responden exageradamente a
las reacciones de otros, sienten que la vida y las personas los tratan con
crueldad, racionalizan y culpan a otros de lo que les sucede. Pueden ser
hostiles y resentidos, y por supuesto, no les gusta hablar de problemas
emocionales.
De manera personal, se aplicó el Test psicodiagnóstico gestalt de Héctor Salama (TPG) a un grupo de estudiantes de la licenciatura en psicología en una universidad de Oaxaca en el 2011 y por cuyos resultados podría inferirse que el 45% de los alumnos presentaban el
temor a triunfar, llegando a pensar posiblemente que no merecen los logros que
puedan llegar a tener, siendo su necesidad el poder llegar a relajarse,
mostrándose posiblemente con actitudes egoístas, por lo que generalmente las
personas tienden a ser pasivo- agresivos, buscando formas para evitar lograr
metas y objetivos. Dentro de los síntomas se infiere que dentro de la disfuncionalidad esta el mal
humor y la irritabilidad, falta de confianza en sí mismo y por tal no logra
culminar actividades.
Otra fase con disfuncionalidad fue la
de reposo, ya que, como coincidiera con los análisis realizados en la
Universidad de Guadalajara, es una constante el
hecho de la ansiedad en los alumnos de psicología, ya que pese a querer tener
méritos y buscar el logro de metas carece de confianza en sus habilidades y en
sí mismo, y como se describe en el mexicano “pasivo obediente- afiliativo” de Díaz Guerrero, busca evitar criticas y rechazo, por lo que no culmina actividades y por tal
no logra empezar una nueva Gestalt y generar aprendizajes novedosos.
Es característico de los alumnos que
participaron en esta investigación, el temor por lo que pudieran opinar de
ellos y por tal tienden a mostrarse con autocontrol, pero evitan el contacto
con los demás dentro de su mismo grupo.
Esto podría limitar en el trabajo
dentro del grupo, ya que el mismo alumno no se permite la integración, así como
posiblemente al estar en una fase indiferenciada y no poder reconocer su propia
neurosis, sería complicado poder interactuar y apoyar a personas que soliciten
sus servicios como psicólogos.
Cabe mencionar que estos datos fueron obtenido sin la rigurosidad que amerita un investigación exploratoria, sin embargo, muestran al igual que los estudios previamente mencionados el perfil de ingreso de muchos de los alumnos que ingresan a la carrera en psicología. Por
lo que se sugiere que, dentro de la licenciatura comenzar un acompañamiento
psicoterapéutico ya sea individual o de grupo, para lograr con esto no solo el proceso de
acompañamiento en el desarrollo humano de los individuos, sino sobre todo el
mejoramiento de las interacciones humanas dentro del grupo de estudiantes,
aspecto importante para el fomento de nuevos aprendizajes teórico- prácticos,
ya que como promotor de salud mental, tendrá que lidiar con el dolor o crisis de otros seres humanos, siendo su problema de contacto con el otro, una limitante para el trato de persona a persona.
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